¿QUE ES LA LEUCEMIA FELINA?
Existe poca información y conciencia acerca de la Leucemia Felina, ya que los gatos no muestran síntomas y signos específicos de alguna enfermedad hasta que ya está la misma muy avanzada, o hasta cuando se alejan de su casa y se esconden fuera de ella, para morir lejos de la misma, hecho que suponemos es normal, ya que la mayoría creemos que se fueron en una noche de ronda amorosa.
La Leucemia Felina es una enfermedad altamente infecciosa y de distribución mundial, provocada por el virus de la Leucemia felina (ViLeF), que es un retrovirus pariente cercano del virus de la inmunodeficiencia felina (VIF) y de la inmunodeficiencia humana (VIH); afecta con mayor frecuencia a los gatos que viven en grupos, con una ligera predisposición en machos de 1 a 6 años de edad; además del estado de salud del gato al momento de estar expuesto al virus y los hábitos de vida del animal (hogareño o callejero), el virus provoca una deficiencia en el sistema inmune del felino, afectando principalmente al sistema linfático y células sanguíneas, además de predisponer al desarrollo de tumores.
El contagio se realiza por contacto directo de una mascota con gatos infectados; la transmisión puede darse por medio del lamido al asearse entre ellos, por heridas de mordedura ocasionadas durante las peleas, ya que el virus se puede encontrar en grandes cantidades en la saliva, secreciones nasales, orina, sangre, lágrimas, leche materna y heces fecales. Una gata gestante infectada, puede transmitir la enfermedad a sus fetos a través de la placenta y durante la lactancia. Aunque hay que considerar que el virus es poco resistente al medio ambiente y solo sobrevive unas horas fuera del organismo que infecta y se destruye fácilmente con desinfectantes comunes, jabones, luz solar, calor y la desecación, así que es casi imposible que se contagien en clínicas veterinarias, pensiones, asociaciones protectoras, exposiciones, etc.
El virus de la leucemia felina es el principal causante de cáncer en los gatos, debido al estado de inmunodeficiencia que disminuye su capacidad para protegerlo de las enfermedades y queda expuesto a la acción de bacterias, virus, hongos entre otros. Durante las primeras etapas de la enfermedad, los gatos no manifiestan ningún signo de la enfermedad y al paso de algunas semanas, meses e incluso años, los felinos comienzan a tener un deterioro físico y de salud paulatino y presentar enfermedades recurrentes.
Entre los signos más comunes tenemos: pérdida de apetito, disminución progresiva de peso, deterioro del aspecto físico y calidad del pelo, aumento del tamaño de sus nódulos linfáticos, fiebre persistente, infecciones de la piel, vejiga (cistitis), vías aéreas superiores, diarrea, cambios de conducta, trastornos reproductiva, entre otros. Manteniendo los cuidados de salud adecuados y en condiciones ideales, un gato infectado puede vivir con un aparente estado de salud durante meses, muriendo al cabo de 2 a 3 años después del momento de la exposición al virus.
Si un gato no está vacunado y está expuesto al virus de la leucemia felina; el organismo puede reaccionar y evitar la infección o no tener éxito y contraer la enfermedad; todo depende del estado de su sistema inmunológico, la edad del gato, la cepa del virus o la severidad de la exposición y la edad de la mascota, ya que ocurre principalmente en gatitos o muy jóvenes o muy adultos, o en gatos de cualquier edad con las defensas débiles por enfermedad, estrés o al gun tratamiento médico.
Tras la exposición al virus, pueden ocurrir tres cosas:
1°- Que el gato sufra un proceso de fiebre, letargo y apatía durante unos días (viremia transitoria) y desarrollar inmunidad, para finalmente eliminar el virus del organismo.
2°- Que el virus se elimine de la sangre y saliva del gato, pero quede encapsulado en la médula ósea o algún otro órgano interno y en situaciones de debilidad, mala alimentación y cualquier situación de estrés que produzca una inmunosupresión, el virus se reactiva y se presente la infección.
3°- Que el gato permanezca permanentemente infectado por el virus; en este caso el gato sufrirá unos días de fiebre, letargo, apatía y después se recuperará, pero el virus logrará instalarse en el organismo. Durante un periodo que puede durar varias semanas, meses o incluso años, el gato podrá vivir una vida relativamente normal y no sufrir ninguna enfermedad; sin embargo, la mayor parte de los gatos infectados desarrollarán al paso del tiempo, enfermedades relacionadas con el virus de la leucemia felina, que pueden ser: infecciones oportunistas víricas, bacterianas y parasitarias. Enfermedades de la sangre como leucemia, anemias y linfomas. Enfermedades dentales y bucales como gingivitis y estomatitis. Enfermedades oculares como uveítis. Trastornos digestivos, respiratorios, renales, neurológicos, reproductivos y dermatológicos entre otros.
El diagnóstico de la enfermedad se realiza vía sanguínea con las pruebas de ELISA o la de inmuno fluorescencia indirecta.
No existen tratamientos específicos, aunque hay algunos medicamentos como el Interferón y otros inmuno estimulantes que pueden ayudar a mantener el sistema inmune de nuestra mascota en buen estado. Lo importante es proteger a nuestro gato positivo a VLFe a la exposición a otras enfermedades, asegurar una buena alimentación, vacunarle regularmente contra otras enfermedades, evitar situaciones de estrés, controlar los parásitos internos y externos, además del tratamiento temprano y oportuno de cualquier signo que aparezca.
El virus de la leucemia felino, no se transmite a especies no felinas como el perro o el humano, no obstante, se recomienda que los gatos seropositivos al VLFe, no convivan con personas con problemas inmunológicos como VIH, Lupus, entre otras.
ANTE CUALQUIER SIGNO POR LEVE QUE SEA, ACUDE AL MEDICO VETERINARIO PARA QUE REALICE LAS PRUEBAS PERTINENTES Y EL TRATAMIENTO ADECUADO PARA RESTABLECER LA SALUD DE TU MASCOTA.